Ganan casinos, pierden ludópatas (Tercera parte)
Por Por Alejandro Domínguez, La Voz de la Frontera|3 de Marzo

Mexicali, Baja California.- Personas que padecen ludopatía pretenden formar un grupo de autoayuda, ya que si bien algunas de ellas no sienten la necesidad urgente de jugar, saben que en cualquier momento pueden volver a caer, por eso han tomado el lema de los Alcohólicos Anónimos: "Un día a la vez".

Para el psicólogo Eutiquio Pasos no ha sido nada fácil formar un grupo de Ludópatas Anónimos, pues la misma naturaleza de este mal lo ha impedido, como son menos estigmatizados que un adicto a las drogas o al alcohol, es más fácil que recaigan.

Es por ello que en muchas ocasiones los propios familiares internan a estas personas en los Centros de Rehabilitación u otros siguen los doce pasos para los alcohólicos anónimos.

Hace dos años pudo reunir a doce personas, sin embargo esto no duró mucho, ya que las personas recayeron.

La reunión

El doctor Pasos reunió a tres mujeres en su consultorio con el objetivo de que nos compartieran su experiencia para la elaboración de esta investigación. Todas ellas llevaban una vida exitosa antes de caer en las garras del juego y después de contar sus vivencias, con lágrimas reconocieron que aún se encontraban vulnerables, por lo que requerían de apoyo mutuo y se decidieron a rehacer de nuevo el grupo e invitar a más personas que como ellas no aceptaban que tenían un problema.

En recuperación

"Yo conocí los casinos como todo mundo, en Estados Unidos hace algunos años tenía un negocio de venta de ropa, calzado y perfumería e iba seguido a Los Ángeles y miraba de lejos los casinos y un día con mi esposo llegamos. Pero lo que me disparó el problema fue cuando los casinos se instalaron en Mexicali, que era la novedad, por lo que se nos hizo práctico que en lugar de ir a Estados Unidos, es un arma de dos filos, por la cercanía".

"Yo de antemano traía muchos problemas con mi esposo porque también tenía sus adicciones, porque es muy mujeriego y bebe mucho y ahí es donde yo me empecé a enganchar en los casinos. Llegué a jugar de poquito dinero, después le fui aumentando y sí, de 200 pesos me brinqué a 400, de ahí a 800, llegaba a 1 mil pesos y me daban las 'crudas' morales porque ya no traía dinero, pues empecé a empeñar cosas, desde mi computadora portátil, celulares, alhajas y terminé perdiendo todo porque ya no lo pude recuperar".

"Los problemas de pareja se fueron recrudeciendo y para mí el casino fue un refugio, una salida, porque ahí se me olvidaban los problemas, se me olvidaba todo y me la pasaba feliz y contenta".

"Pasaba sentada en un casino hasta doce horas, llegaba un día a las 6:00 de la tarde y salía hasta las 6:00 de la mañana. Cuando tenía mi problema más recrudecido me molestaba que me hablaran, si una persona está a un lado de mi y está hablando me incomoda porque no quieres escuchar ni una plática, ni un comentario, solo concentrarse en la máquina".

"Ingresé al grupo de jugadores, lo más que dejé de jugar fueron 60 días, sufrí el cuadro de abstinencia, llegué a tener síntomas como un drogadicto: Temblorina, ansiedad, llanto, desesperación, taquicardias, dolor de huesos, diarrea. Hace tres años me separé de mi esposo y como por arte de magia disminuyeron las idas a los casinos y fue entonces cuadno empecé a juntarme con mi familia y ser más productiva en el trabajo".

Aunque todavía acude a los casinos, pero con su nueva pareja, ya no juega tanto, no le proporcionan la diversión de antes, por lo que su adicción al juego era provocada por su antigua relación.

"Cuando ingresé al hoy extinto grupo de jugadores empecé a trabajar en mí, a quererme, pero fue cuando empecé a tener más problemas con mi esposo, porque ya no me pudo manipular, ya no pudo abusar de mí ni económica ni emocionalmente".

Nunca te vas a recuperar

"Yo tengo una tía que está bien enviciada con los casinos, va por la mañana y por la tarde todos los días y me hablaba para que la llevara a jugar, ya que no había quién le diera 'raite'. Yo siempre he sido una mujer muy ocupada, me gradué de la Escuela de Belleza y puse una estética, todo el tiempo ando de arriba para abajo, nunca he tenido calma, mi esposo trabaja en Estados Unidos y solo viene los fines de semana".

La primera vez que acudió a los casinos fue para llevar a su tía y aunque jugó en varias ocasiones, no le gustó. Sin embargo, debido a sus problemas con el esposo, acudió a los casinos, pero solo con el pretexto de tomar cerveza, empezó a ir más seguido, ya que se la regalaban conforme iba jugando más.

Para esos días se encontraba muy sola, ya que su esposo solo iba los fines de semana. A una de sus hijas se la llevaron a estudiar al otro lado, mientras su otro hijo no se encontraba todo el día en casa.

"Empecé gastando 1 mil pesos, después a 2 mil y al último todo lo que ganaba en la semana, una vez agarré una cundina de 10 mil pesos y me la gasté en menos de dos horas y nunca me quité de la misma máquina, creyendo que esa máquina me iba a devolver todo el dinero que me había quitado".

"En una ocasión no me di cuenta de que un señor estaba detrás de mí, me dijo: "Ya te va a pagar", a lo que respondí 'pues de perdida a ver si me recupero', pero volteó, se me quedó viendo y dijo "uy mija, nunca te vas a recuperar".

"Pero ante cualquier problema, cualquier depresión, yo me iba a mi refugio, los casinos; empecé a pedir prestado, le hablaba al prestamista para decir que estaba mal mi hijo, mi hija, que el carro... empecé a decir muchas mentiras. Cuando salía del casino me miraba al espejo del carro y empezaba a llorar y decía, ¡otra vez te diste en la madre! y mis hijos me decían: "Mamá, ¿no tienes dinero para una Coca?", pero nunca tenía dinero, siempre tenía que andar pidiendo prestado".

"Esto destruye tu manera de creer en ti y te preguntas ¿por qué esto me ganó? Y empecé a pedir a Dios que por 24 horas no me permitiera ir a jugar, pero me llegaban unos dolores que me daban ganas de salir corriendo de la casa y hasta le pedía a mi hijo que no me dejaran salir sola.

Acabé con mi estética, acabé con mi negocio, lo perdí todo y lo peor es que nadie creía en mí porque en muchas ocasiones les había jurado que ya no iba a ir a los casinos y no puede ser que hasta piensa uno en el suicidio".

"Cuando perdía todo, me quedaba dos o tres minutos sentada en la silla y volteaba a ver a todo mundo y decía yo... deja uno solo los hijos, desatiende la casa".

"¿Cómo pueden existir esas cosas, que el Gobierno las apruebe y que no sepa las consecuencias?".

Atienden problema

Luis Manuel Martínez Ramírez, coordinador del Sindicato Unión Obrera, del Grupo Caliente, comentó que en la empresa están conscientes que la instalación de casinos trae implícito el problema de la ludopatía.

"Es inevitable, es un problema que viene de la mano de los casinos; hace un poco más de dos años Grupo Caliente estuvo apoyando al único grupo que había en Mexicali, Ludópatas Anónimos, sesionaban en las instalaciones del Sindicato. Estaba conformado por personalidades de todos los ámbitos y el primer apoyo que le dieron fue prestarles el espacio físico, posteriormente traer sicólogos que impartiera pláticas más especializadas".

"Llegaron a ser alrededor de 40 personas, sin embargo este grupo se desintegró, pero ahora están buscando de nuevo a reintegrar el grupo, ya que les interesa que la gente juegue con responsabilidad, que lo vean como un espacio de esparcimiento, que no lo vean como un problema. Somos una empresa socialmente responsable, traemos causa y esa es una de las causas que nos mueve, estamos en camino para retomarlo y poco a poco poner los anuncios respectivos en los mismos establecimientos".

La clientela

La mayor parte de la clientela que reciben es local, pero se encuentran muy identificadas, por ejemplo en el establecimiento de Benito Juárez, es un local chico, va poca gente, que busca una mayor exclusividad, pero gasta mucho.

En Lázaro Cárdenas es donde reciben un mayor número de personas, porque tienen todo, va gente de todo tipo, desde los que gastan 5 ó 6 mil pesos diarios, hasta la gente que solo va para matar el tiempo, mientras en el Centro Cívico atienden mucha gente que sale de las oficinas de Gobierno y los alrededores.

Asimismo, el establecimiento de la calle Melgar data de los años cuarenta, donde se instalaron terminales de bingo electrónico.

"Tratamos que el cliente tenga una buena experiencia, como es un excelente servicio, trato decoroso, además un ambiente donde ellos se sientan a gusto, que pasen un rato agradable en nuestros establecimientos".

Como sindicato pertenece a la CROC y el convenio con Caliente es que sus agremiados conozcan tres temas fundamentales: El alcoholismo, el tabaco y las drogas, así como otros temas como la violencia intrafamiliar, que le puede afectar a sus agremiados.

Por qué Mexicali

Mexicali se empieza a poblar de casinos por una razón muy clara y evidente para quienes andan en este ambiente: Baja California y Mexicali, específicamente, es considerada una de las mejores plazas en término de adquisición de recursos.

La gente juega y juegan muchos y si ponen más casinos, más gente va a jugar, por eso muchas de las marcas que funcionan a nivel nacional tienen los ojos puestos en Mexicali para invertir en término de casinos.

INCLUIR APARTE DENTRO DEL TEXTO

La privacidad, prioritaria

Por José de Jesús Jiménez

Los ludópata patológicos, autodeclarados o negados, se saben protegidos; los jugadores de sana diversión evitan confusiones y lenguas viperinas. El interior de estos locales, la mayoría de ellos dignamente presentados (dos que tres no le piden nada a uno de Las Vegas) están dotados con la infraestructura de seguridad más avanzada que haber pueda en Mexicali.

Cámaras ocultas por todas partes, algunas en los lugares menos imaginables, captan todos y cada uno de los movimientos de la concurrencia. Los comportamientos dudosos, la trayectoria inusual, la conducta singular y la actitud sospechosa son detectadas por los encargados del monitoreo, de donde pueden derivarse acciones que pueden incluir la expulsión de un individuo, sea hombre o sea mujer. Esta situación despierta inconformidades muy adecuadas para discusiones subjetivas.

Estos lugares generalmente cuentan con un equipo de guardias, algunos vestidos como ejecutivos, de traje formal y encorbatados y en otros con uniforme a la usanza policíaca.

El sistema incluye la "personalización" de las tarjetas de débito a las que se les carga y recarga el dinero de la apuesta. El trámite incluye la presentación de la credencial federal de elector con los datos elementales que implica, así como un número de teléfono. Este es utilizado generalmente para enviar mensajería de publicidad, especialmente en promociones.

"Con esto te tienen bien "plaqueado" comenta un cliente.

Es posible que los empresarios obtengan información de "inteligencia" con infiltrados entre los "malandrines", que de los más diversos niveles, apariencia y sexo, acuden al casino atraídos por la materia central de esta parafernalia: el dinero. La mayoría de éstos, sin embargo, no pueden negar su irrefrenable afición al juego... y los mantiene como personajes fijos de esta realidad humana.

Apegándose a sus muy estudiadas artes del convencimiento, al influjo de su atractivo o a sensuales y provocadores ofrecimientos, algunas féminas obtienen los recursos suficientes para divertirse, gozar... y hasta para mantener a su familia. Esto ocurre especialmente con aquellas que, a sus encantos, añaden inteligencia.

Una de ellas, que -platicó-- vivía en una colonia de Los Santorales tenía que levantarse a las 04:00 horas, preparaba el desayuno de sus niños, se arreglaba y tomaba el camión para trasladarse a una maquiladora del otro extremo citadino, donde le pagaban menos de 800 pesos a la semana.

Asegura que ahora en promedio gana mucho más, se divierte y a veces hasta goza.

Pero no niega que ha sentido "andar por los suelos".

No falta quienes se acerquen al jugador novato y le hagan recomendaciones, sugerencias o de plano le aseguren sobre la forma y la máquina para ganar. Si aquél les hace caso y el azar es favorable, produciéndose jugadas ganadoras (¡big win!, ¡hudge win!, ¡super mega big win!, ¡outstanding!, "¡terrorífic!, ¡bingo!...) el "orientador" exclamará: "¡Te lo dije!", y esperará una recompensa, incluso a veces exigida.

La pregunta es: si ellos saben qué máquina "dará" y cómo manejarla, porqué no la juegan.

Si alguien supiera el secreto para ganar siempre, estaría millonario.

"¡Juéguele con fe!", "El optimismo es el amigo del ganador" y otras frases por el estilo suelen aconsejarse a los jugadores, pero si la suerte no está de su lado poco importa su actitud. Hay quien llega con la depresión propia de la ludopatía, desanimado y exangüe, y sorpresivamente un comportamiento positivo del azar lo hace ganador.

Si las jugadas son excepcionales, que siempre las habrá, los aparatos despliegan en la pantalla un espléndido espectáculo festivo de luces y sonido, con escenas de monedas o billetes como manados de un volcán, celebrando la suerte del ganador. Mientras, muchos curiosos, unos envidiando, otros bendiciendo y los más esperando que aquél "se moche", se acercan optimistas desviviéndose en elogios y sonrisas.

"¡Ya la hicimos!", grita algún amigo del afortunado.

Un jugador nos comenta su teoría: "Los casinos programan un gran porcentaje de sus máquinas para ganar ellos, pues son negocios; un pequeño porcentaje de aparatos da para que la gente se entretenga o gane moderadamente y una que otra máquina es programada para dar ganancias espectaculares que, de acuerdo con el normal comportamiento del azar, corresponden a quienes a través del tiempo han perdido mucho más.

"La suerte es que te encuentres la máquina programada para 'dar' . Algunas que han 'dado' mucho, las 'amarran' y el que un día se 'cuajó' (ganó mucho, según el argot) otro día pierde más, pues insiste en ganar como antes".

(Continuará)...