Ludópata gana 1 millón, pero ha perdido mucho más
Por Por José de Jesús Jiménez , La Voz de la Frontera|5 de Marzo

Mexicali, Baja California.- Una de las pruebas más evidentes de los caprichos del azar es la circunstancia en la que entrevistamos a quien pudiera considerársele un icono de los ludópatas.

En los corrillos del casino se dice que ha ganado mucho dinero, pero no cuánto ha perdido. Se trata de un hombre público, sumamente conocido, exitoso en la empresa y en la política.

No deseábamos redactar esta entrega sin su aportación. Casi dos semanas de búsqueda de nuestro personaje fue infructuosa. Pero el encuentro estaba destinado en circunstancias impredecibles y por supuesto emblemáticas del tema. Él llegó a nosotros -él nos encontró- en el lugar y el momento que tenía que suceder.

Este hombre de intensa sociabilidad -una de las virtudes que al parecer le ha favorecido para sus logros-; de profundas convicciones políticas, firmeza en la amistad y feliz de transitar por la vida de una sola pieza, disfrutando lo que ésta ofrece, pero haciendo el mayor bien que sea posible, se abre de capa:

--¡Sí, soy ludópata!

Uno esperaría justificaciones, amortiguamiento... pero la contestación es clara, franca y contundente. Y no recomienda esa conducta, no la aconseja. Reconoce que es nociva.

Mientras conduce su automóvil menciona que ya en el Congreso del Estado debe legislarse respecto a la ludopatía, reconociendo a ésta como un problema de salud.

Enfatiza que por ejemplo en Las Vegas hay una avanzada legislación que comprende ese campo de ayuda. Denuncia que los casinos engañan al fisco y a la gente mediante trucos probablemente propiciados por lagunas legales o quizá en flagrante violación a la normatividad.

Las incómodas circunstancias de la entrevista nos impiden anotar precisiones. Habla de que si compras determinado crédito te cobran impuestos, pero aparte una cantidad por un concepto denominado uso de instalaciones.

"A veces hay venta de cerveza a deshoras", dice. "Y prostitución", relatando que cierta vez, mientras jugaba, una fémina le solicitó un apoyo de 200 pesos, a lo que accedió. Pero momentos después ella regresó pidiéndole una cantidad similar, a lo que él reclamó: "¿A costa de qué?, recibiendo una muy sugerente respuesta: "De lo que quieras".

Este adicto al reto del azar menciona que ha ganado quizá los premios más grandes que casino pueda otorgar aquí, entre éstos uno de 1 millón 300 mil pesos, otro de 813 mil y uno más de 576 mil pesos.

"Pero he perdido mucho más", afirma.

Asegura: "He jugado lo que es mío", lamentando que no falta quienes lleguen al punto de convertirse en delincuentes para apostar lo que no es de ellos.

Él mismo tiene golpes en la conciencia: "Un día me solicitaron un apoyo de 20 mil pesos cuya necesidad era importante. Lo negué. Minutos después entré a un casino y perdí una cantidad similar".

Este analista del tema reflexiona cuando escucha la siguiente pregunta: ¿Qué porcentaje de los asistentes sufre problemas de ludopatía en cualesquiera de sus grados? "El 50%", contesta.

Dice que no tiene nada en contra de los casinos, ya que éstos también tienen muchos aspectos positivos.

"Jugar responsablemente no presenta ningún problema", concluye.