Celebran XLIX Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales
Por Alma R. Burciaga, La Voz de la Frontera|30 de Mayo

Mexicali, Baja California.- La XLIX Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales cuyo tema en este 2015 es la familia, concelebró ayer el obispo de la Diócesis de Mexicali, José Isidro Guerrero Macías, con una misa oficiada en Catedral de Nuestra Señora de Guadalupe.

Ante los representantes de los diferentes medios de comunicación y sacerdotes de la Diócesis, entre otros feligreses que acudieron al templo, en la homilía monseñor habló sobre esta jornada, que desde hace 49 años, dijo, la Iglesia Católica dedica al ámbito de las comunicaciones sociales.

En este 2015, continuó, en su mensaje el santo padre Francisco quiso profundizar en el binomio familia y comunicación titulando su mensaje "Comunicar la familia: ambiente privilegiado del encuentro en la gratuidad del amor".

Es por ello, mencionó el prelado, "siendo la familia el primer lugar donde aprendemos a comunicar, volver este momento originario nos puede ayudar, tanto a comunicar de modo más auténtico y humano, como observar la familia desde un nuevo punto de vista".

"El seno materno que nos acoge es la primera -escuela- de comunicación , hecha de escuchar y de contacto corpóreo, donde comenzamos a familiarizarnos con el mundo externo en un ambiente protegido y con el sonido tranquilizador del palpitar del corazón de la mamá".

"La familia, es también el contexto en el que se transmite esa forma fundamental de comunicación que es la oración".... "No existe la familia perfecta. La familia es una escuela de perdón", indicó el Obispo.

"El único modo de romper la espiral del mal, para testimoniar que el bien es siempre posible, para educar a los hijos en la fraternidad, es en realidad bendecir en lugar de maldecir, visitar en vez de rechazar, acoger en lugar de combatir", subrayó.

Los medios de comunicación más modernos, que son irrenunciables sobre todo para los más jóvenes, mencionó, pueden tanto obstaculizar como ayudar a la comunicación en la familia y entre familias. Obstaculizar si se convierten en un modo de sustraerse a la escucha, de aislarse de la presencia de los otros. de saturar cualquier momento de silencio y de espera. Favorecer si ayudan a contar y compartir, a permanecer en contacto con quienes están lejos, a agradecer y a pedir perdón, a hacer posible una y otra vez el encuentro.

También en este campo, los padres son los primeros educadores. Pero no hay que dejarlos solos; la comunidad cristiana está llamada a ayudarles para vivir en el mundo de la comunicación según los criterios de la dignidad de la persona humana y del bien común.

De tal forma, que redescubrir este centro vital que es el encuentro, este -inicio vivo-, sabremos orientar nuestra relación con las tecnologías, en lugar de ser guiados por ellas. El desafío es volver a aprender a narrar, no simplemente a producir y consumir información.

La información es importante pero no basta, porque a menudo simplifica, contrapone las diferencias y las visiones distintas, invitando a ponerse de una u otra parte, en lugar de favorecer una visión de conjunto.

"La familia es un ambiente en el que se aprende a comunicar en la proximidad y un sujeto que comunica, una comunidad comunicante", enfatizó el Obispo.