Ejido Durango
Por Laura Elena Aguayo, La Voz de la Frontera|1 de Junio

Mexicali, Baja California.- El ejido Durango, una comunidad importante por ser una de las ventanas al valle de Mexicali, abre sus tierras para adentrar a los residentes de la zona rural al interior del campo, mantiene su espíritu de amor hacia las tierras, pero no por eso sin necesitar el apoyo de las autoridades, pues se suma a la lista de comunidades presa de la inseguridad.

"Dentro de las necesidades del ejido más latentes se tiene el mantenimiento de calles, pues tenemos más de un año que el Gobierno municipal no nos da atención y eso se nota en las vialidades, donde se tienen bastantes hoyos que ocasionan que con los vehículos se estén dando brincos", expresó el presidente del comisariado ejidal, Juan José Orozco Gómez.

Tremenda inseguridad

Como el pan de cada día, se tienen a diarios reportes de robos en las viviendas de una comunidad que conforma poco más de tres mil habitantes.

"Se nos está viniendo una nube en Baja California, pues se están viniendo a vivir gentes de otros Estados y así como vemos que mataron al ministerial, vamos a seguir viendo muchos casos más similares si el Gobierno no toma medidas. Aquí están viniéndose a vivir personas de Michoacán, Guerrero, Jalisco, Tamaulipas que vienen a vivir de lo mismo, asaltando y matando gente", aseguró.

Argumento que en los tres niveles de Gobierno deben de retomar en consideración dejar de mantenerse estáticos y al contrario vigilar el arribo de personas de otros Estados.

"Aquí las quejas son por los robos diarios, la inseguridad que se está viviendo. Aquí podemos ver cómo pasan los diferentes cuerpos policíacos persiguiendo gentes y eso genera una incomodidad", agregó.

Otro de los aspectos de importancia por la vocación del ejido, es la producción de trigo, ya que con la cosecha se ven venir gran cantidad de problemas.

"Hubo bajos rendimientos en el ejido, pues se dio una baja de 1 tonelada y media a 2, pues lo normal eran 7 toneladas por hectárea. Además se queja la gente que los Centros de Acopio les dan mucho castigo, pues con su camión lleno les llegan a dar en promedio 375 kilos de castigo que merma y en la producción es algo que rebaja la ganancia", concluyó.

Recuerda la historia

Jorge Camacho Álvarez, regidor del Ayuntamiento de Mexicali, residente del ejido y anterior presidente de la CCI, compartió parte de su vida que se enmarca en la historia y vivencias que recuerda de esta comunidad.

"Nuestra familia desde un principio cuando inició la Liga Agraria Estatal empezó a ser parte de este movimiento, pero cuando Alfonso Garzón la hizo a nivel nacional le cambió de nombre a Central Campesina Independiente, desde entonces vimos las ganas que le ponía por ser un líder muy trabajador. Por eso mis padres, hermanos, primos y tíos nos unimos a la Central y hasta nos hicimos dirigentes".

Nació el 21 de marzo de 1950, del matrimonio de Marcelino Camacho Elizalde y Regina Álvarez Sandoval originarios de Guamúchil, Sinaloa quienes tuvieron once hijos y a quienes les enseñaron desde niños la importancia de los sacrificios así como el trabajo duro.

"Mis padres llegaron al valle de Mexicali cuando se dio el reparto agrario y cruzaron el desierto de Altar en una carreta jalada por caballos, yo los escuchaba a ellos que sufrieron tanto que hasta lloraban en el camino a veces por falta de agua y comida, pues mis hermanos que estaban pequeños lloraban. Una vez que ya estaban aquí llegaron derechito a la colonia Progreso donde los estaban esperando".

Su principal atracción fue el reparto de tierras de 20 hectáreas, lo cual en Sinaloa era algo casi imposible, auxiliándose de los hijos mayores para desmontar las tierras y desde pequeño Jorge ya trabajaba en el campo, siendo a los 17 años su oportunidad de demostrar que podía manejar las tierras de sus padres.

"Marcelino y yo, que éramos los más chicos ayudábamos a desahijar el algodón con la mano, andábamos entre los surcos pero era cuando ya estaba todo desmontado. Pero se sufrió más cuando desmontaron todo, pues no había maquinaria".

Con melancolía recuerda las fiestas que se realizaban antes en el ejido, pues el ambiente de confianza y seguridad reinaba, lo cual no puede decir en la actualidad pues la fiestas no se parecen a las del siglo pasado.

Dentro de las familias que han sido recordadas con cariño en la comunidad, dijo estar la familia Corpus, identificando como uno de los primeros a Don Vicente Corpus con sus hijos.

"Recuerdo a Vicente Corpus que el caricaturista de LA VOZ, quien es al igual que su familia, muy buena persona y amigo de toda la vida, aquí vinieron a la escuela primaria, les gustó mucho la música, tocan el mariachi todavía. Abel Corpus es un músico muy completo, así como Caín Corpus (QEPD) quien interpretó El Cachanilla, quien dio vida al himno de los campesinos en el valle de Mexicali aparte del corrido del agrarista y orgullosamente doble para nosotros pues Caín grabó este corrido y llegó a muchos lugares dando presencia del valle con esta canción".