La Aurora
Por José de Jesús Jiménez Vega, La Voz de la Frontera|13 de Junio

Mexicali, Baja California.- Primera de dos partes

El significado del valor que tiene la mujer en la vida del mundo puede apreciarse de manera patente en la colonia Aurora, ubicada en el sector sur-central de Mexicali y fundada en homenaje a la que fuera la primera dama que en México ocupó una curul en el Congreso de la Unión.

Hoy aparece ya en la Historia:

Aurora Jiménez de Palacios, nacida en Tecuala, Nayarit el 9 de diciembre de 1925, fue una abogada egresada de la Universidad de Guadalajara, pero radicó en Mexicali desde 1947.

Inició su participación política en el Partido Revolucionario Institucional y en 1954, radicando en Baja California, fue electa como la primera mujer diputada federal en México durante los comicios del 4 de julio.

Protestó para el cargo el 7 de septiembre del mismo año para formar parte del último período de la XLII Legislatura hasta 1955, lo cual ocurrió debido a que cuando era territorio federal Baja California sólo tenía derecho a elegir un diputado, pero al convertirse en Estado tuvo derecho a elegir uno más.

Perdió la vida en un accidente aéreo el 15 de abril de 1958.

El nombre permanece

Sin embargo, el nombre de la primera legisladora permanece en la mente de los bajacalifornianos y un ejemplo de ello es la escuela primaria "Aurora Jiménez de Palacios", ubicada en la colonia Aurora, fundada precisamente también en honor a esa ilustre legisladora que dejó un ejemplo de lucha y de trabajo. El turno vespertino, por supuesto, lleva el nombre de otra insigne dama: Margarita Maza de Juárez.

Ese ejemplo ha sido retomado y puede hoy verse patentemente en la misma colonia, donde el trabajo de la mujer es proverbial.

Desde maestras en la escuela, pasando por propietarias de fruterías, tiendas de abarrotes, estéticas y establecimientos de venta de "gorditas" y tacos de guisado, ponen de relieve el esfuerzo desarrollado constantemente por las mujeres.

Se considera que el estatus urbano de este polígono habitacional, fundado un año antes de las Olimpiadas Mexicanas (1967) , no hubiera sido posible sin la lucha y la defensa intensa de una de ellas, Josefina López Ortega Vda. de Salazar, artífice de la zona y defensora de su seguridad.

Ella lideró una lucha que, con el apoyo de los residentes, evitó en su tiempo la instalación de un poliducto de hidrocarburos que muchos consideraban -con mucha razón, como luego quedó demostrado-- como una "bomba de tiempo".

La paraestatal Petróleos Mexicanos había trazado y de hecho prácticamente construido e instalado la tubería a lo largo de una zanja en lo que era una de las calles principales, Felipa Velázquez Vda. de Arellano (una heroína del histórico Asalto a las Tierras en el valle de Mexicali).

El fluido de diversos tipos de gasolina, de diesel y de petróleo hacían sospechar a los habitantes de la colonia que se encontraban en un gran riesgo y eso los llevó a realizar una lucha que, finalmente, con el apoyo del Gobierno del Estado -en los términos que aquí nos relata doña Josefina- Petróleos Mexicanos (Pemex) desistiera de su idea, retirando finalmente la tubería, tapando las zanjas y yendo a otra área a instalarlas.

(Años después, a la altura del Río Nuevo, en las inmediaciones de la colonia Hidalgo, ocurrió una tremenda explosión debido a la rotura del poliducto, convirtiéndose en realidad las sospechas de los residentes de la Aurora: Que aquello era una "bomba" de tiempo.

Después las instalaciones citadinas de Pemex fueron clausuradas. El lugar que ocupaban, en el cruce de los bulevares Adolfo López Mateos y Lázaro Cárdenas, permanece baldío y abandonado.

Ahora los almacenes de hidrocarburos se encuentran muy lejos del centro de la ciudad, en una zona de la Laguna Salada, unos 20 kilómetros al poniente.

Vialidades con nombres ilustres

De norte a sur, comenzando con la calle Carmen Serdán -una heroína de la Revolución, hermana de Aquiles, del mismo apellido y que simpatizó y apoyó a toda costa a Francisco I. Madero- y terminando en la calle Juana de Arco -la también heroína, pero de nacionalidad francesa a la que se le llamaba la Doncella de Orleáns y al tiempo la iglesia católica la declaró Santa--; y de poniente a oriente, con la calle Felipa Velázquez Vda. de Arellano -heroína del Asalto a las Tierras en el valle de Mexicali- al principio y la calle Lucrecia Ortiz --una música cordobesa universal- casi llegando al Río Nuevo, la colonia Aurora, calificada como "chica" por una de las vecinas, sin embargo es rica en vialidades con nombres de féminas que por sus acciones han quedado registradas por la historia.

Allí están también Ángela Peralta, Juana de Asbaje, Eulalia Guzmán, Gabriela Mistral, Otilia de Cota, María de Jesús Gil, María Hernández de Zarco, Gertrudis Vargas, María de Alba de Rubio, Juana de América, Rosa de Luxemburgo, Leonor de Roosevelt y Enriqueta Carrillo.

Aunque eminentemente habitacional, el ímpetu emprendedor le va dando una imagen comercial a la calle Felipa Velázquez Vda. de Arellano, donde nos pudimos encontrar a Karina Zambrano acompañada por todo un equipo de féminas, desde niñas hasta adultas, haciendo funcionar un negocio básico con tacos de guisado, pero ofreciendo una originalidad: quesadillas de maíz recién hechas, sumamente nutritivas y sabrosas.

Ellas reconocen que la colonia atraviesa por los problemas típicos de los asentamientos humanos populares, como la falta de pavimentación y de iluminación, así como la inseguridad.

En la esquina de la calle mencionada y la avenida Josefina Hernández de Zarco, también muy activa, atendiendo a sus clientes en la caja, se encuentra Yolanda Álvarez, propietaria de la frutería y abarrotes "El Huracán", a quien le da un gusto enorme atender a las personas de la tercera edad, de las cuales hay muchas en esta colonia.

Aunque el negocio tenía mucho en el rubro de carnicería, ella tiene apenas unos cinco años con el establecimiento.

Aunque en la colonia hay algunos lotes baldíos, no faltan los vecinos que le pongan empeño al remozamiento de sus casas, como José Polanco, quien fue captado mientras llevaba a cabo algunas labores de albañilería en su domicilio, al que había llegado hace unos 40 años, cuando era apenas un niño y la colonia no contaba ni con agua potable.

Frente a su casa, por la calle María Hernández de Zarco, vive una señora que está considerada en la colonia como todo un personaje.

Continuará...