Reportaje Cines
Por Alejandro Domínguez, La Voz de la Frontera|6 de Agosto

Mexicali, Baja California.- Primera de dos partes

Las salas de cine han acompañado a los mexicalenses casi desde los inicios de esta gran capital, representaban una opción sana y familiar de entretenimiento durante la locura de los años veinte y la Ley Seca estadounidense, en la que proliferaron las cantinas y los casinos.

Ante la falta de alternativas de diversión, las salas de cine con sus permanencias voluntarias, fueron el escape ideal a las altas temperaturas veraniegas y el inclemente frío del extremoso clima mexicalense.

Con el paso del tiempo, las sencillas y pequeñas salas de cine dieron lugar a las grandes y elegantes edificaciones en las que se dieron deleite miles de mexicalenses que disfrutaron lo mejor de las películas mexicanas, tanto de su época de oro de cómo su decadente cine de ficheras y una pequeña parte de su resurgimiento, pero tampoco faltaron las películas hollywoodenses, así como las de manufactura europea.

También sirvieron a muchos para que en su soledad, escaparan un rato de la realidad o bien, para algunas parejas fueron el lugar ideal para manifestar efusivas muestras de amor desbordantes de pasión encubiertas por la complicidad de la oscuridad.

El olor a palomitas, a hot dogs, las interminables filas en la dulcería, los pisos de mármol, el niño chillando, las salas repletas a más no poder en las películas del momento, en las que había que permanecer parado durante toda la función debido a que las butacas no daban abasto a la hora de tratar de satisfacer la curiosidad mexicalense ante el último estreno de Hollywood o el que ya vio la película y adelantaba lo que iba a ocurrir, los que no paraban de hablar o el niño preguntón.

Tampoco faltó la inactividad del proyectista que al ver mil veces la misma película, se quedaba dormido irresponsablemente o bien , por la mala calidad de las películas, provocando que se quemara la cinta y con ello, como se deformaba el rostro del protagonista al calor de la intensidad de la luz del proyector y viniera el tradicional grito...

¡cácaro!

Esos colosos de concreto y acero que alguna vez albergaron risas, llantos, aplausos, emociones y gritos, permanecen hoy en silencio, sus marquesinas ya no presentan los nombres de los últimos estrenos, que eran completados con números que hacían las veces de letras.

Su imponente arquitectura que los hacía únicos y diferentes, algunos con fachadas tipo art deco, con pisos de granito y una taquilla de aluminio y su telón color púrpura, como fue el Cine Curto, que sirvió de escenario para la firma de creación del Estado de Baja California e informes de Gobernadores, al igual que el Cali o bien, de estilo modernista como el Bujazán, Reforma y California 70.

La modernidad ha hecho que los cines sean más pequeños y funcionales, ya que su gran tamaño los hizo ser obsoletos, su ubicación dejó de ser atractiva debido a la falta de estacionamientos, hoy algunos lucen abandonados mientras que a los demás les dieron otro uso, sin embargo, aún conservan su grandiosidad que marcaron una época en la historia de Mexicali.

Situación

El director de Administración Urbana municipal, Luis Alfonso Vizcarra Quiñónez, comentó que en la actualidad existen siete edificaciones en la zona centro, que corresponden a los Cines Variedades, Curto, Lux, Bujazán, California 70, Reforma y Cali.

Mencionó que casi todas estas edificaciones cuentan con el pago de su impuesto predial al corriente, solo se registran ligeros retrasos en los casos del Cine Lux con dos años y Cine Curto.

En lo que respecta al uso actual de estas edificaciones, es muy variado, ya que el Cine Cali es ahora una tienda de artículos para el hogar, el Cine Bujazán, se utiliza parcialmente como una tienda de ropa, el California 70 es un templo cristiano, mientras que el Reforma, Curto, Lux y el Variedades permanecen sin uso actualmente, aunque en estos tres últimos ha habido intentos de realizar otras actividades, que simplemente no funcionaron.

Afortunadamente a esas edificaciones no les pasó nada después del sismo del 2010 y el hecho es que cuatro de ellos tuvieron uso comercial después de este fenómeno y afortunadamente no hay una orden para demolerlo.

"En esos edificios como en otras instalaciones de la zona centro, el Ayuntamiento ha estado promoviendo que puedan utilizarse dentro de los programas que se han venido impulsando para que el Centro Histórico pueda seguir creciendo", señaló.

Gratos recuerdos

El ex regidor Benigno Cázarez Alarcón, secretario general del Sindicato de Trabajadores de la Industria Cinematográfica, Similares y Conexos de la República Mexicana, Sección 11, recuerda sus inicios de trabajo allá por el principio de los sesenta, a hacer de todo un poco en todas las salas de cine, tiempo que recuerda con cariño.

Recordó que en 1963 desaparecieron los cines Iris y Tepeyac, debido a que el sindicato estalló en huelga en ambas salas, provocando finalmente su cierre.

El Iris se ubicaba en la zona de La Chinesca, donde hoy hay una tienda de un solo precio, mientras que el Tepeyac se encontraba frente al Nuevo Japón.

Recuerda que era un ambiente muy bonito, de sana camaradería, sin embargo, tiene presente un suceso, en el que perdió la vida uno de sus compañeros a mediados de los setenta en el Cine Reforma, cuando surtía hielo a la dulcería del segundo nivel y al brincar la puertecilla, este sufrió una descarga eléctrica al tener las manos mojadas, lo que finalmente provocó su caída al nivel inferior, con fatales consecuencias.

Cázarez Alarcón mencionó que el Cine Bujazán era propiedad del señor Bujazán, de Tijuana, mientras que el Reforma de un tal Alarcón, el Curto del señor Curto, que se encontraba en España, mientras que el primer cine propiedad de Organización Ramírez fue el California 70, que después se asoció con Alarcón.

Continuará...