Fraccionamiento Sonora, Obras y vandalismo, una pesadilla.
Por José de Jesús Jiménez Vega, La Voz de la Frontera|22 de Agosto

Mexicali, Baja California.- Residentes del fraccionamiento Sonora no lo pueden creer. Han pensado a veces que se trata de una pesadilla, pero al sufrir las consecuencias, verlas y sentirlas tan reales se han dado cuenta que no están dormidos.

Un intenso movimiento de maquinaria y camiones puede observarse desde temprano en la mañana. Los vecinos dicen que éstos primero se han dedicado al acumulamiento extraordinario de tierra sobre el dren 134, pero que últimamente además de depositar ese material también lo extraen, por lo que parece que instalaron un centro de acopio.

Las polvaredas y las humaredas que implican la circulación intensa de unidades provocan daños a la salud y la colocación de los inmensos volúmenes de tierra a la altura de las bardas de las casas facilitan la introducción de los ladrones, que a estas alturas tienen asolados a los vecinos.

Por el momento ese es el más grave problema por el que transita el fraccionamiento, compuesto por aproximadamente 30 manzanas de regular tamaño y en el que se han asentado familias, la mayoría de las cuales con el paso del tiempo, trabajo y esfuerzo, están colocadas en una categoría social de clase media alta.

Esta colonia, fundada a mediados del siglo pasado se encuentra sumamente céntrica y debido al dinamismo de sus habitantes cuenta con toda una serie de bienes y servicios que van desde uno que otro restaurante estupendo, pasando por estéticas, tiendas de autoservicio y hasta una enorme subestación eléctrica, hasta varios establecimientos educativos públicos y privados que contribuyen a la plena realización de los habitantes.

Funcionan cuando menos tres jardines de niños, una escuela primaria y el reconocido Colegio de las Américas, que ofrece servicio no sólo a los habitantes de esas zona, sino a los de otras más lejanas siempre que tengan la capacidad de contratarlo.

Una de las instituciones educativas de más raigambre es la escuela secundaria federal 35, "David Alfaro Siqueiros", de tiempo completo, que debido a la escasez de alumnos se encuentra en proceso de reestructuración.

Uno de los inmuebles icono del fraccionamiento Sonora viene a ser "El Pastel", es decir, el edificio del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, (SNTE) Sección 37.

Todas las vialidades están pavimentadas, aunque algunas superficies dejan ver el fatal paso del tiempo debido al daño evidente del asfalto por falta de mantenimiento.

El fraccionamiento comienza en el norte en la calzada De las Américas y recorriéndolo hacia el sur pasamos por las avenidas Haití, Nicaragua, Panamá, Perú, El Salvador y Uruguay. Al poniente, el polígono inicia en la calle Río Sinaloa y termina en la calle Padre Eusebio Kino, que a veces la gente confunde con la avenida Padre Kino, la cual se encuentra en la colonia Pro-Hogar.

La pesadilla

En el marco de nuestro recorrido y las correspondientes entrevistas, en la búsqueda del espíritu de la colonia nos encontramos que en general ésta transita por un buen estatus y que en los últimos tiempos no son ni el vandalismo ni la delincuencia el principal problema.

Pero esto se revierte totalmente y en forma específica en la zona sur, donde los residentes, sobre todo los de la avenida Uruguay (la última), están viviendo una pesadilla.

Al sur de la mencionada rúa pasa el dren 134, que comenzó a ser reparado en septiembre con la sustitución de la enorme tubería debido a los desperfectos -incluyendo un enorme socavón- propios del paso del tiempo. El intenso movimiento de la maquinaria, el ruido, la polvareda y la humareda de ésta, fueron soportados por los vecinos desde septiembre a febrero, cuando se terminó la instalación del tubo.

Pero esa misma zona; donde les ofrecieron a los vecinos que se establecerían zonas verdes, desde febrero los contratistas la han convertido en una especie de centro de acopio. Y el humo, el polvo y el ruido continúan...

Don Ignacio Martín Martín, secretario general del Sindicato Único de Trabajadores de Telecomunicaciones de México, Sección Baja California, vive por la avenida Uruguay y se siente totalmente indignado por los daños a la salud que representa el fenómeno que se está viviendo en la zona, así como por las consecuencias en materia de inseguridad.

Se da el caso que el enorme amontonamiento de tierra ha sido tal que se eleva por encima de las bardas de las casas y hasta camino hace, de manera que los vándalos y ladrones puedan trasladarse por allí con la facilidad de entrar a las casas con tan sólo "echarse un brinquito".

Los robos por allí son constantes. Desparece todo lo que haya en los patios, desde ropa hasta bicicletas.

Jesús Alberto Martín, hijo de don Ignacio, quien radica en la misma casa, dijo que por una parte ha tenido necesidad de instalar sensores y alarmas para detectar el momento en que se intentan los robos y por otra ha interpuesto una denuncia formal ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), debido a la contaminación por tierra y humo que provoca la maquinaria, de manera que muchos vecinos sufren sinusitis y otros padecimientos propios de las partículas contaminantes.

"Esto es muy lamentable, sobre todo por los niños", comenta Jesús Alberto, quien junto con su padre señalan que la avenida Uruguay se ha convertido en un peligro para los residentes, sobre todo para los pequeños, pues los camiones pesados que por allí circulan han provocado el acumulamiento de grava y no son pocas las veces que las piedras son disparadas por el rodamiento de los vehículos.

Dijeron ignorar qué compañía lleve a cabo el tema del dren 134, pero que entre la CESPM y la SIDUE, la primera paraestatal y la segunda del sector central del Gobierno del Estado, "se echan la bolita".

Vandalismo extremo

Las circunstancias por las que atraviesa el dren 134 ya descritas facilitaron la entrada de los vándalos a la casa de Pedro González, en momentos en que estaba sola. Después de sustraerle todo el material metálico que les fue posible para luego mercarlo en cualquier chatarrera -se supone que en la más cercana--, procedieron a prenderle fuego.

González se ha desconsolado, pero sacando fuerzas de su dignidad ha reiniciado la construcción de su vivienda, no sin lamentar la poca importancia y el descuido de las autoridades respecto a esta problemática que viven los residentes del fraccionamiento Sonora, especialmente los de la avenida Uruguay.

Otra de las familias afectadas es la de Hilario Soria y su esposa Paz García Rosales, residentes pioneros del fraccionamiento.

"Cuando nosotros llegamos aquí casi no había casas; de hecho enfrente había un ranchito con becerritos", comenta la señora, señalando que después de que tomaron posesión del lote en el que ahora viven su esposo lo pagó en abonos al Gobierno.

Mencionó que por fortuna los vecinos son buenos y tranquilos, por lo que en ese sentido no hay queja alguna ni incomodidad, pero que la situación provocada en el dren 134 ha venido a terminar con la tranquilidad tanto por lo que hace a los problemas de salud como de inseguridad.